viernes, 25 de octubre de 2013

Un cuento chocolatoso en el bus de la Liga:

Un día, una mujercilla llega toda atarantada al destartalado bus de la Liga; el cual algún día bastante lejano tenia colores bonitos. Les dicen las busetas amarillas, pero ya no son tan amarillas, de hecho son más tirando a un color negro-amarillo hueso sucio… En fin… La mujercilla llega al bus con dos bolsas más grandes que ella y la cabeza empapada en una crema que huele a extracto de Ylang Ylang y humo de los carros del centro de San José. Busca con la mirada en todos los asientos del bus por uno disponible. Pero el único asiento disponible, está medio ocupado y medio disponible por la mitad de una señora más grande que cinco veces el tamaño de las bolsas que eran más grandes que esta mujercilla bastante distraída. Rápido y sin pensarlo mucho toma ese lugar porque para su suerte es pequeñilla y cabe a la perfección, incómodo Único Asiento mitad ocupado/mitad disponible, pero cabe bien y toma asiento. "¡Uff! ¡Qué  dicha! Agarré campo" – dice para sí misma sin pronunciar palabra en voz alta. Mira a su alrededor, y ve que a su izquierda, se encuentra un hombre con camisa anaranjada masticando un pollo frito muy brillante, probablemente que compró en la soda que está a la par de los famosos y distinguidos buses Station Wagon, el hombre come pollito sabrosón y se limpia las manos engrasadas con el forro del asiento. A la derecha de la mujercilla, se encuentra la antes mencionada señora cinco veces más grande que las bolsas de la distraída mujercilla. Ellas dos se encuentran muy juntitas y sentaditas ya que tuvieron suerte y agarraron asientos. Bueno, uno y medio para la señora y medio para la mujercilla. Enseguida, llega muy apurado otro personaje; el personaje número tres. El mismo, se coloca de pie al lado izquierdo tapando un poco al hombre que come pollito sabrosón.  Inmediatamente, la mujercilla recuerda que no había más asientos disponibles (ella agarró el Único Asiento medio ocupado/medio disponible) y ve como se llena hasta “la cara me duele” el bus de la Liga. El personaje tres, está colocado de pie cerca de la carota la mujercilla, previamente asustada y molestada por un casi intento de asalto de una ratilla del bajo, sucio y ruidoso mundo del Bendito San José Centro. ¡Ay qué lindo San José! Este mencionado casi intento de asalto sucedió de forma sigilosa y astuta para ser una ratilla tostada por las pachas azuladas. La ratilla no vio nada de valioso en la bolsa externa del bolso de la mujercilla, sólo vio unas tapitas de chocolate con arroz tostado, una última guayabita de chocolate, una factura arrugada, un tajador con forma de elefante (o “maquinilla” como le dicen en la Liga) y un reguero de lápices de color. Entonces, el arratado se alejó caminando ligero por las aceras y se confundió entre la gente que caminaba muy rápido y sin prestar atención a nada ni nadie. El casi asalto no tiene nada que ver con Personaje Tres, pero tiene a la mujercilla más distraída de lo que normalmente ella es. Ella está pensando: “¡Que dicha que ando en una limpieza extrema y ese arratado no me quito los chocolates y lápices de color!”. Sacó la última guayabita de chocolate y se la comió de una y notó al Personaje Tres como un completo desconocido que se estaba acercando muy misteriosamente. Mientras tanto, Personaje Tres, vestido como un importante ejecutivo de alguna multinacional, con su lindo pantalón casual, camisa celeste y pelo parado con moco de gorila; sutilmente se coloca de pie cada vez más cerca, y más cerca, y más cerquita de la carota de la mujercilla que come guayabita y evade codazos la señora más grande que cinco veces el tamaño de las bolsas que eran más grandes que ella y ahora guardó entre los pies. El astuto y descarado Personaje Tres, probablemente experto en sus andanzas rozadoras, pone cada vez más cerca la hedionda y sudada entrepierna de un largo día laboral. Coloca cada vez más cerquísima de la carota de la mujercilla sus sudadas partes nobles, y la mujercilla no sabe qué apesta peor entre la entrepierna del Personaje Tres y el olor a pollito sabrosón mezclado con el vaho que se formo en bus por tener todas las ventanas cerradas para que no entrara la lluvia, o todo junto es una peste. Personaje Tres sí que debe ser un comediante oportunista, que probablemente está esperando que en alguno de los chorromil huecos de la platina o a lo largo de la interminable presa y caos vial de regreso a la querida Liga de la mujercilla ocurra el famosísimo “roce accidental”, con suerte para la mujercilla el roce sea solo en el hombro de ella y no en la carota. Ella no sabe cuál de todos esos olores le inició sus náuseas y quiere que pronto acabe la odisea de su viaje a San José. Ciertamente culpa con su mirada a Personaje Tres que inmediatamente se delata con sus misteriosos acercamientos y él concluye enseguida en alejarse al ser descubierto por la mujercilla en su descarado intento y probablemente muy practicado “roce accidental”. La mujercilla ignora lo sucedido, sigue escuchando música y se distrae viendo la lluvia caer, los carros en la presa interminable, y la cucaracha amarilla que salió de algún recóndito lugar de los asientos del bus.

- FIN -


Escrito por Madeleine Garmendia, en Alajuela, Costa Rica. Setiembre 26, 2013.

Fotografia tomada del artículo del Periódico Nacional: Al Día. En Setiembre 26, 2013. 09:23pm.