jueves, 20 de febrero de 2014

Conquistando la Humanidad



“Conquistar” según la RAE:
 (Del lat. *conquisitāre, de conquisītum, ganado).
1. tr. Ganar, mediante operación de guerra, un territorio, población, posición, etc.
2. tr. Ganar, conseguir algo, generalmente con esfuerzo, habilidad o venciendo algunas dificultades. Conquistar una posición social elevada.
3. tr. Dicho de una persona: Ganar la voluntad de otra, o traerla a su partido.
4. tr. Lograr el amor de alguien, cautivar su ánimo.
(Tomado del diccionario de la Real Academia Española © Todos los derechos reservados)

Los europeos cuando llegaron al Nuevo Mundo (que no era tan “Nuevo” para otras civilizaciones que ya vivían y tenían sus costumbres, sus creencias y su lenguaje en América, también  para los Vikingos que ya habían hecho sus visitas antes que los españoles e inclusive los Japoneses estuvieron en América mucho tiempo antes, entre otras) trajeron con su visita accidental una serie enfermedades como lo eran el paludismo, peste,  lepra, fiebre tifoidea, tosferina, difteria, sarampión, varicela, la rabia canina, y la viruela. Por otro lado los africanos trajeron a su vez sus propias dolencias como la fiebre amarilla, malaria, entre otras.

En la actualidad se pueden observar otras enfermedades que muchos no consideran enfermedades, pero yo concuerdo que sí lo son: La política y la religión. Ambas son enfermedades de la mente, son altamente contagiosas y mortales... Si estas enfermedades traídas a nuestra mente colectiva desaparecieran, nos ahorraríamos tanta tontería…
Por suerte existe la cura a estas enfermedades, al menos sabemos que existe y hay que esparcir la semilla para que esta cura crezca y tenga mucha fuerza. Además,  no solo existe la cura si no las medicinas para evitar que vuelvan a atacar estas enfermedades y dañen más mentes pensantes. Solo que esta cura es muy cara, a veces inaccesible para muchos que sufren del efecto que estas enfermedades causan a nivel global como: El hambre, la miseria, el abandono, el abuso sexual, el desempleo, la crisis económica, el calentamiento global, el tráfico de humanos y animales, las guerras inventadas para crear economías, el consumismo, los negocios ostentosos y sangrientos, el maltrato a la diversidad y la madre tierra… en fin… todo lo que nos deja en mal y como tiranos de una sociedad “civilizada” y “pensante” en los libros de historia. Esas cosas de las que no estaríamos orgullosos que lean nuestros futuros espectadores y lectores, de las que desearíamos haber participado de una forma distinta y que en el futuro un niño no caiga dormido en encima del libro contando muertes y atrocidades.

La cura de la que hablo, en algunos casos, muchas personas se resisten a tomarla porque se encuentran en negación. En otros casos hay personas que luchan por tomarla  y hacerla suya ya que se ha comprobado que es la cura de todos esos males que causa las enfermedades de la religión y la política.
Esta cura la conocemos todos como humanidad, pero no todos la aceptan, la aprueban o en el peor de los casos minimizan su capacidad de curar. Pero hay hombres y mujeres valientes e inteligentes que si se dedican a compartir esta medicina y uno de tantos ejemplos es un hombre amigo de la especie humana llamado José Mujica, actual presidente de Uruguay. 

Este amigo y defensor de la humanidad del Homo Sapiens dijo lo siguiente:
“Vamos a invertir primero en educación, segundo en educación, tercero en educación. Un pueblo educado tiene las mejores opciones en la vida y es muy difícil que lo engañen los corruptos y mentirosos”. - José (Pepe) Mujica

Pues ya lo dijo don Pepe muy claro: La cura para todas las enfermedades es la Educación. Por eso, como personas pensantes debemos invertir en nuestra educación y la de las futuras generaciones. Debemos compartir nuestros conocimientos, los valores, las costumbres, formas de actuar y de pensar en tolerancia y respeto. Así que las personas que de alguna u otra forma nos dedicamos  a enseñar, nunca debemos dejar de aprender, ya que la Educación es activa, participativa, universal, y es la llave que nos libera de la opresión, manipulación y de ser engañados por corruptos y mentirosos.

Cuando estaba pequeña no me gustaba estudiar historia. Me parecía aburrido estar escuchando palabreríos sobre guerras, sobre ladrones, asesinos de la madre tierra y de los muertos que nadie recuerda. Siempre sacaba bajas notas en Estudios Sociales y mi mamá me regañaba y me castigaba por no querer poner atención. Prefería soñar (literalmente, ya que me dormía en clases de Estudios Sociales); sin embargo, "a todo chancho le llega su diciembre" y a mí me llegó mi turno de aprender historia. Aprendí la historia a mi manera, observando los eventos y la historia del mundo por medio de una caja cuadrada; la caja sin cerebro, pero que controla muchos cerebros y los hacía no pensantes y algunos no funcionales. La caja cuadrada siempre decía cosas que no calzaban con la realidad, a veces decía cosas que me entretenían por mucho rato y me hacían no pensar en cosas constructivas. Poco a poco los gustos cambiaban y apareció mi curiosidad sobre un mundo que se observaba en el día a día, en las voces de las personas con las que compartía mis días, en la Universidad y en el trabajo. Entonces ¿Quién decía la verdad sobre la historia, los libros de historia o la caja cuadrada que mostraba banalidades entretenidas? 

Comencé a investigar y conocer personas que me enseñaban sobre la realidad que ellos vivían y que otros vivían, con algunos compartía sus opiniones, con otros no tanto, pero todas eran validas e interesantes sobre experiencias e informaciones nuevas  que no se veían en la caja cuadrada. Luego, llegó a mi vida como un recurso diario una red de información y transmisión de datos que estaba disponible para todos y todas de forma global, la misma hoy en día se encuentra en peligro de ser otra caja cuadrada y de ser controlada y explotada inescrupulosamente para beneficio de unos pocos que controlan la humanidad. Esta red de información, fue de gran ayuda en el desarrollo de mi pensamiento crítico y me hizo darme cuenta de muchas cosas, tantas que al día de hoy son  abrumadoras y mucho para mí que me cuesta digerir la historia de muertos, asesinatos, ladrones, corruptos una vez más... en fin... La historia que no para de repetirse porque muchos deciden olvidarla o no ponerle atención como lo hice yo en algún momento. Ese encuentro con el mundo conectado de forma global sucedió cuando tenía  alrededor de 19 años, el cual me recordó y me alegró de mi decisión de no volver a ver la caja cuadrada que decía tantas “mentiras blancas” que nadie cuestionaba, regulaba, ni confrontaba sus palabras huecas,  lenguaje no verbal y controlador. Aunque, luego al pasar los años conviviendo con la extraordinaria red de información me di cuenta que  había otro problema que pasaba desapercibido y ocurría rápidamente, y era que con tanta información disponible, existía también la desinformación, sobre información, manipulación, más “mentiras blancas”, entretenimiento banal accesible 24/7 y un término nuevo que aprendí: Ruido en el mensaje. Entonces pensé: ¡Que  pereza, la caja cuadrada nuevamente! Esta vez evolucionada, pero con la diferencia de que esta vez yo tenía la libertad de escoger el canal que transmitía el mensaje y el mensaje que quería escuchar, inclusive el que escogía ver y qué era lo que me servía y qué no. Entonces no era tan mala decisión seguir observando la red de información y transmisión de datos y utilizarla para mi crecimiento y educación. También pensé que debía ser selectiva y crítica a la hora de creer la información disponible en la red global, ya que esa misma red comenzó a controlar muchos cerebros y hacerlos no funcionales, no críticos y no pensantes también. 

Mi mamita linda siempre dijo que yo era una rebelde, y tenía toda su linda boca llena de razón. Según Osho: "Un rebelde permanece en la sociedad sin formar parte de ella; esa es su renuncia y su rebeldía. No es terco, no es inflexible, no es egoísta, no sigue luchando a ciegas. Si hay algo que considera correcto, lo obedece; pero solo obedece su sentido de la rectitud, no a órdenes impuestas. Si considera que algo no está bien, desobedece, al precio que sea. Puede aceptar la crucifixión, pero no aceptará la esclavitud.” Tomado del libro: Cambio, cómo convertir una crisis  en una oportunidad.
Entonces, dicho todo esto quiero invitarlos a invertir en su educación, la educación espiritual, sexual, agraria, educación sobre la comunicación y el lenguaje, educación sobre el amor, el respeto y la tolerancia. En esa educación que se aprende al compartir una conversación con alguien nuevo, todos sabemos algo y ese algo es nuestra responsabilidad enseñarlo a los demás que no lo saben. Es importante que sepamos que la educación está en nosotros, nuestros antepasados no utilizaban libros, internet, gobierno, dinero, ni presupuestos para transmitir sus conocimientos a otros. Invirtamos nuestros recursos (tiempo, recursos económicos, tecnológicos, espirituales, físicos y mentales) para educarnos y compartir el conocimiento como una cura para la humanidad. Invirtamos nuestro tiempo, que es sagrado, en la preparación de nuestra alma y nuestra capacidad de pensar en lugar de invertirlo para criticar a otros o a nosotros mismos y ser parte de lo mismo que está enfermo.

“Quiero que lo sepa todo el mundo: si no estás preparado para ser uno, debes estar dispuesto a desaparecer del planeta. Pero espero que haya gente inteligente que quiera sobrevivir, y que desee que este hermoso planeta cada vez sea más bello, y la humanidad, más inteligente. Temo que es posible que la humanidad en conjunto no se dé cuenta del peligro que cada vez está más próximo”. (Osho)

Coloquemos nuestras energías en pro de la tolerancia y el respeto para así dejar de pensar como religiosos o politiqueros ya que nadie tiene el poder de cambiar a nadie más que a sí mismo. Por favor, no sigamos la fea costumbre de ganar por la fuerza nada. Que sea admitido ganar por la fuerza solo las luchas de pulso, pero la posición, la opinión, la libertad de expresión y de pensar diferente, de creer en algo distinto no sea ganada por la fuerza como una vez lo hicieron los conquistadores de nuestra identidad como Costarricenses como pueblos indigenas que vivieron en estas tierras de América. Nada se gana por la fuerza ni la violencia, solo se pierde y los que usan la violencia para controlar, oprimir y manipular pronto se les caerá el juego y frente a Dios se les caerá la cara de vergüenza porque se darán cuenta de que formaron parte de una humanidad que no debía estar dividida. En la historia quedaran como los aburridos que los niños no querrán leer ni estudiar. Entendamos que este modelo conquistador no es propio de nuestra identidad y que podemos distinguirnos por aprender, por educarnos y aceptar al otro como tal, a aprender su lenguaje, a aprender su cultura, pero no a dejar de lado que ya contamos con nuestras  herramientas y debemos saber utilizarlas sabiamente para defendernos del opresor y tener las mejores condiciones y opciones en la vida.

Les comparto estos vídeos encontrados en You Tube:

GRANDE PEPE AMIGO DE LA HUMANIDAD:

http://www.youtube.com/watch?v=21DFVT0Abc0