(Del lat.
*conquisitāre, de conquisītum, ganado).
1. tr. Ganar, mediante operación de guerra, un territorio,
población, posición, etc.
2. tr. Ganar, conseguir algo, generalmente con esfuerzo,
habilidad o venciendo algunas dificultades. Conquistar una posición social
elevada.
3. tr. Dicho de una persona: Ganar la voluntad de otra, o
traerla a su partido.
4. tr. Lograr el amor de alguien, cautivar su ánimo.
(Tomado del diccionario de la Real Academia
Española © Todos los derechos reservados)
Los europeos cuando llegaron al
Nuevo Mundo (que no era tan “Nuevo” para otras civilizaciones que ya vivían y
tenían sus costumbres, sus creencias y su lenguaje en América, también para los Vikingos que ya habían hecho sus
visitas antes que los españoles e inclusive los Japoneses estuvieron en América
mucho tiempo antes, entre otras) trajeron con su visita accidental una serie enfermedades
como lo eran el paludismo, peste, lepra,
fiebre tifoidea, tosferina, difteria, sarampión, varicela, la rabia canina, y
la viruela. Por otro lado los africanos trajeron a su vez sus propias dolencias
como la fiebre amarilla, malaria, entre otras.
En la actualidad se pueden
observar otras enfermedades que muchos no consideran enfermedades, pero yo
concuerdo que sí lo son: La política y la religión. Ambas son enfermedades de
la mente, son altamente contagiosas y mortales... Si estas enfermedades traídas
a nuestra mente colectiva desaparecieran, nos ahorraríamos tanta tontería…
Por suerte existe la cura a estas
enfermedades, al menos sabemos que existe y hay que esparcir la semilla para
que esta cura crezca y tenga mucha fuerza. Además, no solo existe la cura si no las medicinas
para evitar que vuelvan a atacar estas enfermedades y dañen más mentes
pensantes. Solo que esta cura es muy cara, a veces inaccesible para muchos que
sufren del efecto que estas enfermedades causan a nivel global como: El hambre,
la miseria, el abandono, el abuso sexual, el desempleo, la crisis económica, el
calentamiento global, el tráfico de humanos y animales, las guerras inventadas
para crear economías, el consumismo, los negocios ostentosos y sangrientos, el
maltrato a la diversidad y la madre tierra… en fin… todo lo que nos deja en mal
y como tiranos de una sociedad “civilizada” y “pensante” en los libros de
historia. Esas cosas de las que no estaríamos orgullosos que lean nuestros
futuros espectadores y lectores, de las que desearíamos haber participado de
una forma distinta y que en el futuro un niño no caiga dormido en encima del
libro contando muertes y atrocidades.
La cura de la que hablo, en algunos casos, muchas
personas se resisten a tomarla porque se encuentran en negación. En otros casos
hay personas que luchan por tomarla y
hacerla suya ya que se ha comprobado que es la cura de todos esos males que
causa las enfermedades de la religión y la política.
Esta cura la conocemos todos como
humanidad, pero no todos la aceptan, la aprueban o en el peor de los casos minimizan
su capacidad de curar. Pero hay hombres y mujeres valientes e inteligentes que
si se dedican a compartir esta medicina y uno de tantos ejemplos es un hombre
amigo de la especie humana llamado José Mujica, actual presidente de Uruguay.
Este amigo y defensor de la humanidad del Homo Sapiens dijo lo siguiente:
“Vamos a invertir primero en
educación, segundo en educación, tercero en educación. Un pueblo educado tiene
las mejores opciones en la vida y es muy difícil que lo engañen los corruptos y
mentirosos”. - José (Pepe) Mujica
Pues ya lo dijo don Pepe muy
claro: La cura para todas las enfermedades es la Educación. Por eso, como
personas pensantes debemos invertir en nuestra educación y la de las futuras generaciones.
Debemos compartir nuestros conocimientos, los valores, las costumbres, formas
de actuar y de pensar en tolerancia y respeto. Así que las personas que de
alguna u otra forma nos dedicamos a
enseñar, nunca debemos dejar de aprender, ya que la Educación es activa,
participativa, universal, y es la llave que nos libera de la opresión, manipulación
y de ser engañados por corruptos y mentirosos.
Cuando estaba pequeña no me
gustaba estudiar historia. Me parecía aburrido estar escuchando palabreríos
sobre guerras, sobre ladrones, asesinos de la madre tierra y de los muertos que
nadie recuerda. Siempre sacaba bajas notas en Estudios Sociales y mi mamá me regañaba
y me castigaba por no querer poner atención. Prefería soñar (literalmente, ya
que me dormía en clases de Estudios Sociales); sin embargo, "a todo
chancho le llega su diciembre" y a mí me llegó mi turno de aprender
historia. Aprendí la historia a mi manera, observando los eventos y la historia
del mundo por medio de una caja cuadrada; la caja sin cerebro, pero que controla
muchos cerebros y los hacía no pensantes y algunos no funcionales. La caja cuadrada
siempre decía cosas que no calzaban con la realidad, a veces decía cosas que me
entretenían por mucho rato y me hacían no pensar en cosas constructivas. Poco a
poco los gustos cambiaban y apareció mi curiosidad sobre un mundo que se
observaba en el día a día, en las voces de las personas con las que compartía mis
días, en la Universidad y en el trabajo. Entonces ¿Quién decía la verdad sobre
la historia, los libros de historia o la caja cuadrada que mostraba banalidades
entretenidas?
Comencé a investigar y conocer personas que me enseñaban sobre la
realidad que ellos vivían y que otros vivían, con algunos compartía sus
opiniones, con otros no tanto, pero todas eran validas e interesantes sobre
experiencias e informaciones nuevas que
no se veían en la caja cuadrada. Luego, llegó a mi vida como un recurso diario
una red de información y transmisión de datos que estaba disponible para todos
y todas de forma global, la misma hoy en día se encuentra en peligro de ser
otra caja cuadrada y de ser controlada y explotada inescrupulosamente para
beneficio de unos pocos que controlan la humanidad. Esta red de información, fue
de gran ayuda en el desarrollo de mi pensamiento crítico y me hizo darme cuenta
de muchas cosas, tantas que al día de hoy son abrumadoras y mucho para mí que me cuesta
digerir la historia de muertos, asesinatos, ladrones, corruptos una vez más... en
fin... La historia que no para de repetirse porque muchos deciden olvidarla o
no ponerle atención como lo hice yo en algún momento. Ese encuentro con el
mundo conectado de forma global sucedió cuando tenía alrededor de 19 años, el cual me recordó y me alegró
de mi decisión de no volver a ver la caja cuadrada que decía tantas “mentiras
blancas” que nadie cuestionaba, regulaba, ni confrontaba sus palabras huecas, lenguaje no verbal y controlador. Aunque,
luego al pasar los años conviviendo con la extraordinaria red de información me
di cuenta que había otro problema que
pasaba desapercibido y ocurría rápidamente, y era que con tanta información disponible,
existía también la desinformación, sobre información, manipulación, más “mentiras
blancas”, entretenimiento banal accesible 24/7 y un término nuevo que aprendí:
Ruido en el mensaje. Entonces pensé: ¡Que
pereza, la caja cuadrada nuevamente! Esta vez evolucionada, pero con la
diferencia de que esta vez yo tenía la libertad de escoger el canal que transmitía
el mensaje y el mensaje que quería escuchar, inclusive el que escogía ver y qué
era lo que me servía y qué no. Entonces no era tan mala decisión seguir observando
la red de información y transmisión de datos y utilizarla para mi crecimiento y
educación. También pensé que debía ser selectiva y crítica a la hora de creer la
información disponible en la red global, ya que esa misma red comenzó a
controlar muchos cerebros y hacerlos no funcionales, no críticos y no pensantes
también.
Mi mamita linda siempre dijo que yo era una rebelde, y tenía toda su
linda boca llena de razón. Según Osho: "Un rebelde permanece en la
sociedad sin formar parte de ella; esa es su renuncia y su rebeldía. No es
terco, no es inflexible, no es egoísta, no sigue luchando a ciegas. Si hay algo
que considera correcto, lo obedece; pero solo obedece su sentido de la
rectitud, no a órdenes impuestas. Si considera que algo no está bien,
desobedece, al precio que sea. Puede aceptar la crucifixión, pero no aceptará
la esclavitud.” Tomado del libro: Cambio, cómo convertir una crisis en una oportunidad.
Entonces, dicho todo esto quiero
invitarlos a invertir en su educación, la educación espiritual, sexual, agraria,
educación sobre la comunicación y el lenguaje, educación sobre el amor, el
respeto y la tolerancia. En esa educación que se aprende al compartir una
conversación con alguien nuevo, todos sabemos algo y ese algo es nuestra
responsabilidad enseñarlo a los demás que no lo saben. Es importante que
sepamos que la educación está en nosotros, nuestros antepasados no utilizaban
libros, internet, gobierno, dinero, ni presupuestos para transmitir sus
conocimientos a otros. Invirtamos nuestros recursos (tiempo, recursos económicos,
tecnológicos, espirituales, físicos y mentales) para educarnos y compartir el conocimiento
como una cura para la humanidad. Invirtamos nuestro tiempo, que es sagrado, en
la preparación de nuestra alma y nuestra capacidad de pensar en lugar de invertirlo
para criticar a otros o a nosotros mismos y ser parte de lo mismo que está
enfermo.
“Quiero que lo sepa todo el
mundo: si no estás preparado para ser uno, debes estar dispuesto a desaparecer
del planeta. Pero espero que haya gente inteligente que quiera sobrevivir, y
que desee que este hermoso planeta cada vez sea más bello, y la humanidad, más
inteligente. Temo que es posible que la humanidad en conjunto no se dé cuenta
del peligro que cada vez está más próximo”. (Osho)
Coloquemos nuestras energías en pro de la tolerancia y el respeto para así dejar de pensar como religiosos o politiqueros ya que nadie tiene el poder de cambiar a nadie más que a sí mismo. Por favor, no sigamos la fea costumbre de ganar por la fuerza nada. Que sea admitido ganar por la fuerza solo las luchas de pulso, pero la posición, la opinión, la libertad de expresión y de pensar diferente, de creer en algo distinto no sea ganada por la fuerza como una vez lo hicieron los conquistadores de nuestra identidad como Costarricenses como pueblos indigenas que vivieron en estas tierras de América. Nada se gana por la fuerza ni la violencia, solo se pierde y los que usan la violencia para controlar, oprimir y manipular pronto se les caerá el juego y frente a Dios se les caerá la cara de vergüenza porque se darán cuenta de que formaron parte de una humanidad que no debía estar dividida. En la historia quedaran como los aburridos que los niños no querrán leer ni estudiar. Entendamos que este modelo conquistador no es propio de nuestra identidad y que podemos distinguirnos por aprender, por educarnos y aceptar al otro como tal, a aprender su lenguaje, a aprender su cultura, pero no a dejar de lado que ya contamos con nuestras herramientas y debemos saber utilizarlas sabiamente para defendernos del opresor y tener las mejores condiciones y opciones en la vida.
Les comparto estos vídeos encontrados en You Tube:
GRANDE PEPE AMIGO DE LA
HUMANIDAD:
http://www.youtube.com/watch?v=21DFVT0Abc0
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